Como un maestro del jazz, Claudio Naranjo

Claudio Naranjo es un ser que ha dado luz a muchos de nosotros.

Los tibetanos usan la bella expresión «girar la rueda del dharma» para solicitar a los maestros que den enseñanzas significativas. Claudio así lo ha hecho llegando con habilidad a miles de personas con esa peculiar manera de suspender en el aire y el tiempo sus palabras. Creaba aquí/ahora con su presencia y una inigualable transmisión del ser para los oyentes que paladeábamos su néctar de sabiduría.

Dejo estas líneas que escribí el año que comencé a trabajar con el maestro como homenaje a su memoria.

A la luz del Eneagrama se secan tus heridas.

El trabajo consiste en descubrir la estrategia que has asumido para funcionar en tu existencia.

Como un maestro del jazz, Claudio Naranjo comenzó su trabajo desgranando uno a uno, con dedos delicados, los sonidos primigenios de nuestro ser. No se daba prisa concentrado en su atención de catador, aspirando como aromas la fragancia, la expresión de cada cual; y en su reconocimiento sentías vibrar tu alma confiada, oscilando en el tiempo justo que necesitas para resonar.

Pude contemplarme así en los armónicos de otros que tienen algún parecido conmigo e identificarme en mi singularidad que no sabría expresar en palabras.

Pasamos horas, días sin forzar al tiempo. Acompasando con paciencia el discurrir del proceso, el frío dio paso a la humedad y la humedad dio paso a un arcoíris perfecto que se dejó ver de lado a lado.

Hurgando en mi interior supe que no era miedo lo que yo llamo así. Vi de qué manera desesperada, uno se engaña para escapar a la terrible visión que se esconde detrás de nuestra piel de cordero y lo vi en los otros, no en mí. Ellos hacen un espejo para ti y Claudio te dice «¡Atrévete. Mírate!»

Olga. Quintanilla de Valdivielso, 1996.

 

De Claudio aprendí el modo de orientar el estudio de la personalidad con el eneagrama, que abre la comprensión a las distintas maneras de entender el estar en el mundo según estilos cognitivos personales. Todas válidas. Todas dignas de respeto y compasión (con-pasión en un sentido de emoción compartida) por el sufrimiento propio y de los otros, todos, inevitablemente enredados en estructuras egóicas obsoletas y no funcionales que nos han dado sostén a lo largo de nuestra existencia para sobrevivir.

Gracias maestro. Que tu beneficio se expanda como la luz, querido Claudio.

 

 

4 Respuestas a “Como un maestro del jazz, Claudio Naranjo

  1. Queridísima Olguita te mando muchísimos besos, sé un poquito lo que significaba para tí Claudio Naranjo. Un abrazo enorme corazón. Te quiero mucho. Carmen

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  2. Qué belleza tus palabras. Reconozco en ellas el mismo respeto y agradecimiento a su figura. Le honraremos siguiendo el camino que nos mostró. Gracias, ha sido una especie de bálsamo encontrar una entrada tan sentida.

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